Layer cake de coco y chocolate blanco – y un triste adiós

Nunca te hice una tarta. Te llevaba galletas de Navidad e incluso algún año algún cupcake, pero nunca tuve la ocasión de hacerte una tarta para tí, para tu cumpleaños te habría hecho la tarta más bonita del mundo. Y ahora ya es demasiado tarde porque ya no estás, hoy hace un mes que me dejaste. Pero aún así he decidido hacerla, aunque que pueda sonar a locura. Tu ya no la puedes ver pero yo necesitaba hacerla. Y eso es lo que he intentado hacer, dentro de lo que sé y lo puedo, la tarta más bonita para tí, con rosas blancas por supuesto.

Para tu último cumpleaños te regalé un ramo de rosas blancas que casi era más alto que tú. El más bonito, el más caro… el ramo de la culpa lo bauticé yo. Era mucho más que eso, era de la culpa, sí. La culpa que sentía por estar tan lejos de tí, por no estar ahí ayudándote a llevar mejor el infierno de enfermedad que estabas viviendo, por no hacerte compañía, por no ayudarte con las cosas de la casa, por una lista infinita de motivos. Pero era más que eso, era el ramo de la despedida. Yo ya sabía que ese era el último regalo de cumpleaños que le hacía a mi madre. Así que para mí es el símbolo del adiós. La última imagen tuya que tengo, esa foto con ese ramo y ese último regalo.

Saber que esas flores que compras son las últimas que vas a regalar es devastador. Pero hay algo aún peor que eso, comprar flores para la tumba de la misma persona. Aquí la tengo y las estoy tocando mientras escribo esto, también rosas claro está. Esta vez de plástico, odio las flores de plástico, siempre me han recordado a cementerios, pero te he comprado unas que están muy bien hechas y parecen de verdad. Estaba equivocada, no serían las últimas que te iba a regalar. No se puede describir todo esto, no puedo describir lo que se siente. Es la tristeza y el vacío más grande que he sentido jamás. Y yo sabía que esto iba a pasar, sabía que quedaba poco tiempo e intentas prepararte, pero no estás preparado. Cuando la realidad de que esa persona ya no está te hostia tan fuerte en la cara como me está hostiando a mi ahora nada de lo que te hayas podido imaginar, preparar o planear sirve. Todo es nuevo y desconcertante.
 

Lo de hacerte una tarta es para mí, no para tí. Hay quien dice que escribir cartas a la persona perdida ayuda a superar el duelo. Pues yo hago tartas, no me puedo quedar con eso. Tenía que hacer la tarta que te habría hecho para tu cumpleaños. Así habría sido, así es como la habría creado para tí. Y el coco y el chocolate blanco seguro que te habrían encantado, a ti te gustaba todo lo que fuera comer pero sobre todo las cosas nuevas y platos raros que yo te hacía a veces. Estos sabores habrían sido una gran sorpresa para tí. Y de bonita te habría parecido preciosa, y habrías llorado mucho de emoción, igual que con las flores.

Como lo tuyo no era las tecnologías, nunca habías visto el blog. Trabajo me costó explicarte lo que era, cosas demasiado modernas para tí. Empecé con esta afición precisamente cuando me mudé a Múnich, así que te has perdido ver en directo como hago estas cosas. Pero si te enseñaba las fotos de las tartas que hago siempre que iba a casa y siempre me decías lo apañada que soy para hacer cosas bonitas. Ahora no soy tan apañada, me cuesta mucho ponerme, me falta motivación. Ya no hago casi nada y ni las fotos ni nada me hacen ilusión como me hacían antes. Se me pasará supongo.

Este blog es muy importante para mí, es mi rincón para expresarme, es donde pongo cosas que hago con amor y que disfruto realmente. La gente que lee este blog, las que me siguen y me comentan en las redes sociales y que disfrutan con lo que les enseño son importantes para mí. Por eso también tengo que compartir esto con ellos. Así te conocen a tí también, ven esa foto donde estabas tan joven y tan guapa y así me conocen mejor a mí. Pero sobre todo lo hago porque para mí era muy importante hacerte esta tarta y escribirte algunas palabras, que quedarán aquí para siempre (al menos mientras el dominio siga activo). El blog seguirá adelante, con más o con menos ganas. Yo seguiré adelante. Pero sé que para muchas cosas de las que me prepara el futuro me vas a hacer mucha falta. Descansa en paz mami querida.

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Layer cake de coco y chocolate blanco

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Serves: 12 - 14

Cooking Time: 1h 50min. + reposo de 12 horas

Ingredients

• BIZCOCHO:
• 5 huevos
• 120 ml de leche entera
• 160 ml de aceite de coco
• 120 ml de leche de coco
• 350 g de azúcar
• 300 g de harina
• 200 g de harina de almendra
• 2 cucharaditas de postre de levadura en polvo
• ½ cucharadita de postre de sal
• RELLENO:
• 250 g de mascarpone frío
• 35 g de azúcar glas
• 200 g de nata líquida muy fría
• 75 g de coco rallado
• COBERTURA GANACHE CHOCOLATE BLANCO:
• 400 g de chocolate blanco
• 180 g de nata líquida
• DECORACIÓN:
• Rosas y flores frescas
• Perlas doradas de azúcar
• Pintura dorada comestible
• Colorante alimenticio en pasta lila y rosa

Instructions

1

Precalienta el horno a 160°C y engrasa 4 moldes de 18 cm de diámetro. Si no tienes 4 moldes, hazlo en 2 y luego corta los bizcochos por la mitad.

2

Separa las claras de las yemas. Para el bizcocho vamos a usar solo las claras porque queremos que quede muy blanco. Bate las claras ligeramente con las varillas, hasta que espumeen. Incorpora el azúcar y bate un poco más, para que la mezcla coja aire pero no tienes que hacer un merengue. Incorpora el resto de ingredientes líquidos y mezcla hasta que se integren.

3

En otro bol tamiza la harina con la levadura y la sal. Incorpora la harina a la mezcla de huevo en dos adiciones mezclando lo justo hasta que no queden grumos de harina. Incorpora por último la harina de almendra y mezcla hasta que se haya distribuido uniformemente.

4

Reparte la masa equitativamente en los 4 moldes. Hornea durante unos 40 minutos. Como siempre, antes de retirar del horno pincha los bizcochos con un palillo en el centro y comprueba que sale seco para asegurarte de que se han cocinado. Retira los bizcochos del horno y deja enfriar por completo sobre una rejilla antes de desmoldar.

5

Para preparar el relleno, bate el mascarpone con el azúcar durante 1 minuto aproximadamente. Agrega la nata y bate a velocidad alta hasta que quede una mezcla cremosa (2 minutos aproximadamente) Agrega el coco rallado mezclando en movimientos suaves y envolventes hasta que esté integrado en la crema. Reserva la crema en la nevera hasta que sea el momento de montar la tarta.

6

Para preparar el ganache, trocea el chocolate blanco en un bol. En un cazo calienta la nata hasta que hierva y viertela toda en el bol del chocolate. No remuevas, deja reposar durante unos 10 minutos hasta que todo el calor se haya transferido al chocolate antes de empezar a mezclar. Mezcla con una varilla hasta que quede todo el chocolate se ha fundido completamente. Tapa el bol y deja reposar durante toda la noche en la nevera.

7

Una vez el ganache haya reposado estará muy duro, bátelo con la batidora eléctrica y el accesorio de varillas durante unos 2 minutos hasta que adquiera la consistencia de un buttercream y se vuelva mucho más blanco.

8

El siguiente paso es montar la tarta. Lo primero es igualar los bizcochos para que queden lisos de la superficie cortando el bizcocho en forma de copa. Coloca uno de los bizcochos o modo de base, cubre con ⅓ de la crema de mascarpone y coco. Repite el paso hasta tengas las 4 capas apiladas.

9

Cubre toda la tarta con una capa fina cubre migas de ganache de chocolate y refrigera durante al menos 30 minutos para que endurezca. Reserva un poco de ganache para hacer la decoración con efecto acuarela, si es que quieres hacerla así. Da una segunda capa de cobertura con el ganache sobrante, intentando dejarla lo más lisa posible. Refrigera de nuevo durante 1 hora. Si alguna parte de la tarta no te ha quedado lisa, ahora puedes arreglarlo. Moja una espátula en agua muy caliente, sécala con un trapo y pásala por las zonas que quiera alisar ejerciendo muy poca presión.

10

Para hacer la decoración de efecto acuarela, separa el ganache que has reservado en 3 partes iguales. Usando colorante alimenticio, tiñe una parte de la crema de color lila clarito. Tiñe otra parte de la crema usando el rosa y el lila de un morado más fuerte. Y la tercera parte de la crema la puedes dejar en blanco. Usando una espátulo pequeña, aplica pequeñas cantidades de crema de diferentes colores aleatoriamente y arrastra para crear el efecto de brochazo. Refrigera la tarta de nuevo 30 minutos para que endurezca la decoración.

11

Ahora usando la pintura dorada y un pincel limpio y seco, moja el pincel en un poco de pintura y da unas pinceladas de dorados aleatoriamente sobre la decoración de acuarela. Puedes pintar un poco las rosas también. Por último coloca algunas perlas doradas comestibles sobre el ganache, ellas solas se quedarán pegadas y decora con las flores frescas en la parte superior.

Aquí tienes tu tarta con rosas blancas. Para tí todas las rosas del mundo, las más blancas y las más bonitas. Siempre.