Pastel de Fresa y Lavanda

Lavanda en una tarta, sí habéis oído bien. Yo tampoco conocía los usos en la cocina de la lavanda, ¡pero en cantidades pequeñas se consigue una mezcla de sabores increíbles!! Este pastel de suave y esponjoso bizcocho, relleno de crema de fresa y lavanda y con un buttercream de queso cremoso no puede dejar a nadie indiferente. Y su precioso aspecto, qué se puede decir? Yo no tengo palabras, él habla por sí sólo.

Aquí estamos otra vez dándole a las teclas, y con este post he decidido sacar la artillería pesada. Y es que, creo que me estaba aposentando en recetas fáciles y rápidas, que a ver, también es lo que nos pide un poco el verano, con el calor y tal. Pero ya no lo podía aguantar más, yo tenía que encender el horno y preparar un pastelazo de esos que te hacen caer de culo. Y aquí lo tenéis, una maravilla de sabores y presencia que hasta da pena cortar para comer de lo bonito que es.

Como siempre, juego un poco con ventaja, por dos motivos principalmente. El primero; que aquí en Múnich todavía estamos en temporada de fresas, creo que en España ya no se encuentran fácilmente (ya me diréis si estoy en lo cierto). Y si no la podéis hacer pues guardad la receta para primavera, que además es una tarta de un aspecto muy primaveral. El segundo: que aquí no hace tanto calor, hoy por ejemplo hemos amanecido a 10 grados (¡Por Diosss dónde está el verano!!!) y por lo tanto pues el tema horno no molesta tanto y el buttercream aguanta mejor la textura.

Total, que me estaba aburriendo un poco de recetas fáciles (¡toma sobrada!) y necesitaba urgentemente meterme unas cuantas horas en la cocina para liberar el estrés de las últimas semanas en el trabajo. Esta receta es un poco para “profis”, pero cualquiera con un poco de experiencia y afición la puede hacer, más que nada es seguir los pasos e invertir el tiempo que necesita. Yo como siempre os recomiendo hacerla en dos días, el bizcocho lo podéis preparar el día anterior, o de hecho cuando queráis porque también se puede congelar.

La decoración es bastante sencilla, de hecho, podéis hacer el “frosting” de un solo color si no os queréis complicar la vida, lo importante es que la probéis. Pero vaya, que dos colores tampoco es nada difícil, y luego ya depende de la maña y práctica de cada uno para hacerlo más lisito o menos. Yo no lo he acabado completamente liso porque me gusta el efecto del buttercream con algunas imperfecciones, ¡le da un toque casero y rústico adorable!

De la lista de ingredientes ya veréis que no hay nada fuera de lo habitual, la única cosa que se puede considerar curiosa es la lavanda. De hecho, para mí el ingrediente estrella de la tarta, no es que se note mucho el sabor, sólo lleva una cucharadita de lavanda seca, pero el toque de frescura y aroma que le da al relleno es indescriptible. La podríais hacer sin lavanda, claro, pero estoy segura de que no sería lo mismo.

Me confieso una total y completa friki de la lavanda, me encanta la forma, el aroma, el color, todo todito. Pero aún no la había probado nunca en repostería, había visto alguna receta, aunque nada que me llamara la atención. Sabía que se usa para infusiones, pero yo infusiones no tomo. Así que estaba deseando probarla. Y de pronto, encontré esta receta en una revista y pensé: vamoooos!!! ¡Ésta tengo que hacerla!! Ahora sé que ha sido la mejor decisión de todo el mes 😉

Lo queréis comprobar vosotr@s mism@s?

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Pastel de Fresa y Lavanda

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Serves: 12

Cooking Time: 50 min. Horneado: 40 min. Enfriado: 2 horas

Ingredients

• PARA EL BIZCOCHO:
• 6 huevos
• 175 g de azúcar
• 150 g de harina
• 1 cucharadita de levadura
• PARA EL RELLENO:
• 500 g de fresas
• 1 cucharadita de flores de lavanda secas
• 125 g de mermelada de fresa
• 200 ml de buttermilk (leche agria)
• 2 bolsitas (40 g) de gelatina neutra en polvo (o su equivalente en láminas de gelatina neutra)
• 500 g de nata líquida (bien fría)
• 1 cucharadita de extracto de vainilla
• 4 cucharadas de azúcar
• PARA EL FROSTING (GLASEADO):
• 225 g de mantequilla a temperatura ambiente
• 300 g de azúcar glas
• 300 g de queso cremoso (tipo Philadelphia) a temperatura ambiente
• 1 gota de colorante en pasta rojo (opcional)

Instructions

1

Para preparar el bizcocho, precalienta el horno a 170ºC (hornos de convección de aire 150ºC). Separa las claras de las yemas y monta las claras a punto de nieve, añadiendo cucharada a cucharada los 100g de azúcar. Bate las yemas con los 75 g de azúcar restantes hasta que quede una mezcla espumosa. Tamiza la harina y mézclala con la levadura. Mezcla las yemas con las claras montadas, removiendo en movimientos envolventes. Incorpora la harina y hornea en un molde redondo de unos 24 cm durante 40 minutos aproximadamente. Cuando esté listo, para el horno y déjalo enfriar con la puerta abierta dentro del horno. Si lo sacas en seguida del horno, el bizcocho encoge y quedará en una forma muy fea.

2

Comenzamos preparando el relleno, lava las fresas y córtalas a daditos pequeños. Pon la mitad de las fresas, con la mermelada y la lavanda a cocer en un cazo, y deja que hierva durante unos 5 minutos para que la lavanda infusione. Cuando la mezcla esté fría, añade el resto de las fresas. Si las flores de lavanda son muy grandes, lo mejor es que las retires. Mezcla bien la gelatina en polvo con el buttermilk y añádela a la mezcla de fresas. Reserva unos minutos, hasta que veas que empieza a coger una textura gelatinosa. Mientras, monta la nata con las 4 cucharadas de azúcar y el extracto de vainilla. Incorpora la mezcla de fresas y buttermilk a la nata montada y mezcla bien. Reserva unos minutos más para que se empiece a gelificar.

3

Para montar la tarta, corta el bizcocho en 3 pisos. Coloca la base en un anillo para tartas redondo, vierte sobre ella la mitad del relleno. Cubre con el segundo piso y vierte sobre él el resto del relleno. Tapa con la última capa de bizcocho y deja enfriar en la nevera por lo menos 2 horas.

4

Para preparar el frosting, bate con el accesorio pala de la batidora la mantequilla hasta que quede cremosa (unos 2 minutos). Tamiza el azúcar glas, y añádelo a la mantequilla. Bate durante dos minutos más. Añade el queso crema y bate hasta que se incorpore. Separa una tercera parte del buttercream y mézclalo con el colorante para teñirlo de color rosa.

5

Cubre la tarta con una fina capa de frosting blanco (capa para contener las migas) y enfríala en la nevera durante 30 minutos. Cubre primero la parte superior con el resto del frosting blanco y los laterales sólo hasta la mitad. Finalmente, usa el buttercream rosa para cubrir el resto del lateral, desde la base hasta la mitad. Decora con flores de lavanda frescas y algunas fresas.

Notes

NOTA1: la lavanda la podéis encontrar en herbolarios. Yo esta la compré en mi viaje a Croacia, en una isla que se llama Hvar, todo un paraíso de la lavanda además de un lugar precioso 🙂

NOTA 2: es muy importante que el bizcocho esté bien frío cuando lo cortéis, si aún está caliente se os romperá, es una masa muy fina y esponjosa este biscuit. De hecho, si lo congeláis os recomiendo cortarlo cuando aún está semi-congelado para que haga menos migas.

Dulces sueños,