Un clásico de la repostería anglosajona que es simplemente una delicia. Dulce, especiado y cubierto de esa riquísima crema de queso que siempre la acompaña. Una receta que se puede preparar todo el año y que siempre gusta a todos.
Se nos acabaron las frutas de verano, ahora sí. Pero nadie ha dicho que en otoño no podamos seguir haciendo recetas súper ricas, como por ejemplo este pastel de zanahoria. Y es que los ingleses y americanos son unos pequeños genios de la repostería. Han creado recetas deliciosas con tan solo poner en un bizcocho lo que tenían por ahí a mano, zanahoria, remolacha, calabaza… Y resulta que les ha quedado genial y que además son recetas súper famosas.
De recetas de pastel de zanahoría hay tantas diferentes que pronto ya no cabrán en Internet. Ésta en particular, sacada del libro «Un dulce en Nueva York» de Marc Grossman, es una versión al mas puro estilo neoyorquino. Y es que pocas cosas son más americanas que un carrot cake.
Cuando preparé el estilismo de las fotos lo hice pensando precisamente en un café de Nueva York con un toque un poco retro, bueno por lo menos en como me imagino yo que sería un café, porque nunca he estado. Y como veis en la foto de arriba, en casa tengo mi pequeño duende de orejas puntiagudas que me hizo varios «foto bombs». Aunque he de reconocer que tampoco queda mal tenerlo de fondo como atrezzo 🙂
Volviendo a la receta, yo he usado una versión de zanahorias moradas que venden aquí en Alemania. Pensé que el bizocho igual quedaría de color morado o lila, pero que va, dan color pero no tanto. Igualmente el color que le ha quedado me encanta, he usado un azúcar moreno que es bastante oscuro y le ha dado un tono dorado precioso.
La crema de queso fresco está tan rica que me la podría comer a cucharadas, abajo os explico el truco para que os quede bien cremosa, ligera y bien blanquita!!
Precalienta el horno a 175ºC. Mezcla todos los ingredientes líquidos y bate enérgicamente. Mezcla los ingredientes secos e incorpóralos a la mezcla anterior batiendo a mano pero sin trabajar mucho la masa. Engrasa un molde rectangular y vierte la masa hasta que llenar unas 3/4 partes del molde. Hornear unos 50 minutos, en cualquier caso hacer la prueba del palillo de madera. Retira del horno y deja que se enfríe completamente. Para preparar el glaseado, mezcla la mantequilla con el queso y el azúcar usando un tenedor hasta que quede una crema homogénea. Aquí viene el truco, la crema queda más bien pastosa y amarillenta por la cantidad de mantequilla que lleva. Para que quede blanca y ligera, métela en la nevera 10 minutos. Sácala de la nevera, y usando la batidora de mano con las varillas bate la crema durante 1 minutos. Ya verás el cambio, es como magia, se volverá blanca y te cogerá mucho más volumen.Carrot Cake (Pastel de Zanahoria)
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Dulces sueños,
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