Un pastel de ruibarbo y almendras es un dulce delicioso que combina la acidez del ruibarbo con la riqueza de nueces de las almendras. El pastel presenta una miga húmeda y tierna, sutilmente infundida con el delicado sabor de las almendras molidas. El ruibarbo, cortado en elegantes tiras, agrega una explosión vibrante de acidez, equilibrando la dulzura del pastel. Con su exterior dorado y su aroma irresistible, este pastel es una combinación perfecta de dulce y agrio, creando una sinfonía armoniosa de sabores que te dejará con ganas de más.
He estado fuera de juego demasiado tiempo. En todos los ámbitos, también en el del blog por supuesto. Los que me conocen saben los motivos y no hace falta repetirlos. Esta semana me he propuesto recuperar mi amado hobby. Me está costando, pero es un objetivo que me he propuesto cumplir y aquí estoy picando teclas.
Y una vez recuperadas las ganas de volver a hacer lo que tanto me gustaba, me encuentro reflexionando sobre cómo, algo tan aparentemente sencillo como esto, puede resultar una terapia extraordinaria. Hornear una tarta es un proceso lleno de sentimientos de satisfacción. He querido capturar en esta reflexión todos los que a mí me evoca.
- Entusiasmo: Hornear puede ser un proceso alegre y creativo, y la perspectiva de crear un delicioso pastel desde cero puede generar una sensación de entusiasmo y anticipación.
- Enfoque: hornear requiere atención a los detalles y seguir una receta, por lo que puede haber una sensación de enfoque y concentración al medir los ingredientes, mezclar la masa y colocar las rodajas de ruibarbo.
- Satisfacción: Ver crecer el pastel en el horno y ver cómo se desarrolla el hermoso color dorado puede ser increíblemente satisfactorio. Es un resultado tangible de los esfuerzos realizados y puede evocar una sensación de logro.
- Aromaterapia: el aroma celestial del ruibarbo horneado y las almendras que llenan la cocina pueden ser embriagadores y crear una atmósfera cálida y reconfortante. Los deliciosos aromas pueden evocar una sensación de felicidad y satisfacción.
- Curiosidad: hornear es una mezcla de ciencia y arte, y a menudo hay una sensación de curiosidad acerca de cómo se combinarán los sabores y cómo resultará el pastel final. Puede haber un toque de anticipación y asombro mientras se hornea el pastel.
- Nostalgia: Hornear a menudo puede evocar recuerdos de experiencias pasadas o de seres queridos que pueden haber disfrutado delicias similares. Puede traer una sensación de nostalgia y una conexión con momentos preciados.
Si además sumamos al proceso creativo la parte mágica de la captura en imágenes, me doy cuenta de que lo que he pensado siempre que era un hobby un poco tonto, no puede estar más lejos de eso! Recuperar todos estos sentimientos me están ayudando definitivamente a recuperarme y a volver a ser YO.
Había perdido la conexión con esta magia y estoy encantada de volver a recuperarlo. Pero poco a poco. Por eso, retomamos con una receta súper sencilla!! 8 ingredientes y 40 minutos necesitas para tener este bizcocho tan delicioso. Si no encuentras Ruibarbo, puedes usar fresas, frambuesas, albaricoques o cualquier otra fruta de temporada.
Si has hecho esta receta, déjame un comentario para que sepa si te ha gustado! También puedes subir una foto a Instagram usando el hashtag #caudesucre y etiquetar a @caudesucre para que pueda verlas. Me encanta leeros y ver vuestras creaciones!!
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Dulces sueños,
Bizcocho de Ruibarbo y Almendra
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Cargando...Un pastel de ruibarbo y almendras es un dulce delicioso que combina la acidez del ruibarbo con la riqueza de nueces de las almendras. El pastel presenta una miga húmeda y tierna, sutilmente infundida con el delicado sabor de las almendras molidas. El ruibarbo, cortado en elegantes tiras, agrega una explosión vibrante de acidez, equilibrando la dulzura del pastel. Con su exterior dorado y su aroma irresistible, este pastel es una combinación perfecta de dulce y agrio, creando una sinfonía armoniosa de sabores que te dejará con ganas de más.
Ingredients
- 250 g de ruibarbo
- 100 gramos de azúcar
- 1 naranja
- 100 gramos de mantequilla (a temperatura ambiente)
- 3 huevos
- 70 g de almendra molida
- 160 gramos de harina
- 4-5 cucharadas de almendras laminadas
Instructions
Precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo (convección a 160°C).
Forrar un molde desmontable de 20 cm de diámetro con papel de horno.
Ralla la piel de la naranja y reserva para luego.
Lava y corta el ruibarbo en trozos grandes y cocina a fuego lento en una cacerola pequeña con 50 g de azúcar y el zumo de la naranja durante unos cinco minutos. Reserva hasta que se enfríe.
Mezcla la mantequilla con 50 g de azúcar hasta que quede esponjosa, bate durante unos 2 minutos. Agrega los huevos uno a uno sin dejar de mezclar hasta que se integren. Incorpora la ralladura de naranja.
Agrega las almendras molidas y la harina en la masa y mezcla justo hasta que no queden grumos.
Por último añade el ruibarbo y mezclas hasta que se distribuya uniformemente.
Vierte la masa en el molde y cubre con las almendras laminadas por encima.
Hornea el bizcocho en el horno durante aproximadamente 40 minutos hasta que esté dorado (¡haz una prueba con un palillo antes de sacar del horno!).
Retira del horno y deja enfriar antes de desmoldar. Espolvorea con azúcar glas antes de servir.
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