Bueno, y de la abuela, la bisabuela, la tía… Son una deliciosa tradición de semana santa que pasa de madres a hijas. En ellos encontraréis el sabor de los dulces que preparaban vuestras abuelas y también una adicción, porque es imposible comer sólo uno!
Mis queridos lectores hoy tenéis el honor de acceder a uno de las secretos mejor guardados de la familia Ramos: la receta de los roscos de mi madre! A mi madre lo de la repostería no le atrae para nada, bueno la cocina en general no le entusiasma, pero este es de los pocos dulces que prepara y le quedan de muerte!!
Este tipo de roscos fritos son muy típicos en casi todo el sur de España, existen varias variantes de recetas, aunque me atrevería a decir que todas son muy similares (os animo a compartir las vuestras en los comentarios). Sobre todo se preparan para la semana santa, obviamente porque usan ingredienes de temporada.
En concreto, en el pueblo de mi madre, una preciosa vila en la sierra de Jaén llamada Noalejo, preparar estos dulces es una tradición que más bien es un acto social y festivo entre familiares y vecinos. Se reúnen en casa para prepararlos, y cómo no, para comerlos!
Por cierto, si tenéis la oportunidad, os recomiendo hacedle una visita a este precioso pueblo y otros de la cercanía. Disfrutaréis de todo lo auténtico, artesano y rural que aún conservan estas tierras andaluzas. Además de un paraje mágico, unas gentes encantadoras y una comida excelente! Esta és la página web del municipio: http://www.noalejo.es/
No os dejéis llevar por su apariencia sencilla, porque tienen un sabor muy especial, y sobre todo tan tradicional que a más de uno y una se le va a caer la lagrimilla recordando los dulces de su abuela. Son perfectos para acompañar con un café con leche por la mañana, de verdad, pocas cosas hay tan ricas y sencillas como ésta.
Además, se pueden conservar hasta varias semanas la mar de frescos bien cerrados en una bolsa y si aún así os salen muchos, también los podéis congelar y comer más adelante, estarán como recién hechos. O si no, haced como suelen hacer los vecinos de Noalejo y regalad unos cuantos a vuestros familiares o amigos.
Y cuando nuestras madres no estén aquí, estas delicias las seguiremos haciendo nosotras, porque en realidad, no nay nada mejor que el sabor tradicional, saludable y hecho en casa de los dulces de nuestras madres.
Separa las yemas de las claras. Monta las claras a punto de nieve y reserva. Tuesta el aceite de oliva en una sartén hasta que humee un poco y deja enfriar. Mezcla las yemas con la leche, el azúcar, la ralladura de los limones y el aceite ya templado. Añade el biccarbonato sódico y la canela. Vierte las claras a punto de nieve y mezcla en movimientos envolventes hasta que se incorpore. Empieza a añadir harina en unas 4 o 5 veces, no toda a la vez. Tienes que ir viendo cómo queda la masa, normalmente es casi 1 kg de harina lo que se necesita pero puede ser menos o un poco más. Cuando tengas una masa pegajosa y difícil de trabajar puedes dejar de añadir harina. Pon el aceite que vayas a usar para freír en una sartén honda a calentar. IMPORTANTE: el aceite no debe estar muy caliente para freírlos o quedarán duros. Para que la masa no se te pegue y poder darles forma de rosco tienes que mojar los dedos en aceite. Coge un poco de masa y haz un churrito con ella, junta las puntas para que quede un círculo y ponlo a freír inmediatamente. Fríelos unos 3 minutos por cada lado. Veréis que, en el aceite caliente, enseguida se hinchan. Sácalos y déjalos escurrir en un papel absorbente. Cuando ya estén templados los puedes ir rebozando en azúcar y listo.Roscos de la mama
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Dulces sueños,
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