
Los clásicos nunca mueren!! Estoy totalmente segura de que ya conocéis la tarta Red Velvet, así que soy consciente de que esta receta no es nada innovadora. Pero también sé que os gustan las recetas sencillas, y para esta ocasión he pensado que un bizcocho Red Velvet es algo que cualquiera se atreverá a preparar. No necesitáis batidoras ni utensilios especiales, el glaseado lo podéis hacer con una cuchara incluso. Y si tenéis un molde en forma de corazón rondando por casa, ya sabéis qué regalar a vuestros amados este St. Valentín!


Cuando me compré este molde en forma de corazón inmediatamente visualicé estos bizcochos. Idénticos y tal y como os los muestro. Y es que para mí, el bizcocho Red Velvet o terciopelo rojo es como un icono de St. Valentín. Seguro que ya lo conocéis, pero por si acaso os cuento que no es más que un bizcocho con un poco de cacao y vainilla, pero que tiene un toque muy especial que le aporta la acidez del buttermilk y el vinagre. Además es un bizcocho que leva muy bien, por lo que queda con una miga muy esponjosa. Eso sí, tenéis que tener en cuenta que el color rojo sale de usar bastante cantidad de colorante rojo. Yo intento evitar siempre que puedo los colorantes, pero como dice el refrán, una vez al año no hace daño!


Este icono bizcocho, originario de Estados Unidos, se suele presentar en forma de tarta con varias capas (la famosa tarta red velvet) y cubierta de un buttercream de queso crema, que resulta en una combinación exquisita. En esta receta, para hacerlo un poco más fácil a los que no tenéis utensilios para hacer un buttercream, os lo he sustituido por un sencillo glaseado de queso crema que se puede hacer mezclando con una cuchara. Al omitir el buttercream, también conseguimos que el conjunto quede más ligero, ya que hay gente a la que se le hace pesado y demasiado dulce.

Si además decidís decorarlos con un poco de fruta, el resultado será aún más ligero y la combinación, con unas fresas por ejemplo, es excelente. Pero si queréis decorarlos en un estilo más sencillo, como la segunda opción que os muestro en las fotos, solo tenéis que recortar un pequeño trozo de bizcocho de la base y usando un rallador de agujero mediano, rallar algunas migas de bizcocho sobre el glaseado. De hecho es la manera en la que se suele decorar esta tarta, y a mi me parece delicada, sencilla y además súper romántica!


Y por último, dejadme hacer una nota sobre el tipo de colorante que se debe utilizar. No uséis colorantes de los que se encuentran en el supermercado que suelen ser líquidos. No vais a conseguir la intensidad de color necesaria y al final le vais a acabar poniendo el bote entero, cosa que no es para nada aconsejable. Y os hablo desde la experiencia, porque a mi me pasó la primera vez que intenté hacer uno de estos bizcochos, y aún así no me quedó rojo pero le puse tanto colorante líquido que se podía incluso notar un sabor raro en la masa, así que fue a la basura.


Por lo tanto, usad siempre colorantes en pasta con una buena cantidad de pigmento. También he leído que los colorantes en polvo funcionan bien, aunque yo nunca los he probado. Yo siempre uso el de la marca Sugar flair en pasta y pigmenta genial con poquita cantidad. Os dejo aquí el enlace:
Sugarflair – Sugarflair Red Extra
Y por cierto, si os gustara hacer el bizcocho en forma de corazón exactamente como los míos, los moldes los compré en Zara Home, pero son del año pasado y ya no los venden. Pero tenéis la opción de comprar la versión grande Nordic Ware, que además ya os digo yo que es de mejor calidad que estos. Os dejo enlace también:
Nordic Ware 55548 de Aluminio Fundido Corazón Elegante Bundt Pan
Dulces sueños,

Red velvet bundt cake con glaseado de queso crema
Este icono bizcocho, originario de Estados Unidos, se suele presentar en forma de tarta con varias capas (la famosa tarta red velvet) y cubierta de un buttercream de queso crema, que resulta en una combinación exquisita. En esta receta, para hacerlo un poco más fácil a los que no tenéis utensilios para hacer un buttercream, os lo he sustituido por un sencillo glaseado de queso crema que se puede hacer mezclando con una cuchara. Al omitir el buttercream, también conseguimos que el conjunto quede más ligero, ya que hay gente a la que se le hace pesado y demasiado dulce.
Ingredients
- PARA EL BIZCOCHO:
- 125 g de mantequilla (a temperatura ambiente)
- 300 g de azúcar
- 3 huevos
- 30 g de cacao en polvo
- 1 cucharadita de colorante rojo para alimentos (preferiblemente en pasta)
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 250 ml de buttermilk
- 300 g de harina
- 1 cucharadita de levadura química (polvo para hornear)
- 1 cucharadita de bicarbonato de sodio
- 2 cucharaditas de vinagre de vino blanco
- PARA EL GLASEADO:
- 120 g de queso crema tipo philadelphia, a temperatura ambiente
- 60 ml de leche
- 60 g de azúcar glas
Instructions
Precalienta el horno a 170 ° C y engrasa el molde o los moldes que vayas a usar.
Bate la mantequilla y el azúcar en un bol hasta que quede suave y esponjoso.
Agrega los huevos, el cacao en polvo, el colorante rojo y el extracto de vainilla y vuelve a batir hasta que se combinen.
Agrega el buttermilk y la harina y vuelva a batir. Trata de no batir demasiado la mezcla.
Finalmente, agrega la levadura química, el bicarbonato de sodio y el vinagre.
Vierte la mezcla en el molde llenando solo hasta un 70% de la capacidad y hornea por 50-55 minutos si usas un solo molde y unos 30 minutos si lo haces en varios moldes pequeños. En cualquier caso, pincha el bizcocho con un palillo hasta que salga limpio.
Una vez horneado el bizcocho, déjalo enfriar en el molde durante al menos 10 minutos y luego desmolda y deja enfriar sobre una rejilla completamente.
Por último, prepara el glaseado usando unas varillas eléctricas o manuales, bate el queso crema hasta que quede cremoso. Añade el azúcar y la leche y bate hasta que la mezcla sea homogénea.
Glasea el bizcocho cuando esté completamente frío.

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