
Los buñuelos con como las palomitas de los dulces. Pequeños, adictivos, puedes llenar un cubo con ellos e ir comiendo mientras ves una película. Luego acabas en el hospital, pero que vengan y te quiten el momentazo de disfrutar de tu cubo lleno de buñuelos 🙂 Estos son especialmente peligrosos ya que la masa es más ligera que los tradicionales buñuelos españoles. El queso quark les da una textura algo húmeda y muy ligera. Y la crema del relleno, muy típica en Alemania y usada para rellenar muchos tipos de postres, también es más ligera que nuestra crema pastelera tradicional, al estar mezclada con nata montada.


No puedo escribir el post de esta receta sin explicaros una gran peculiaridad de la lengua alemana. Es muy descriptiva. No tienen una diccionario lleno de palabras para cada cosa, como nosotros. Y para ejemplo, el nombre de este dulce, Quarkbällchen. Se traduce literalmente como “Bolitas de quark”. Para qué romperse la cabeza buscando una nueva palabra cuando puedes juntar varias y describir lo que realmente es la cosa.


Así acaban con palabrejas de kilómetros de longitud. Pero en su defensa he de decir que para los que no conocen la lengua, al final ayuda a memorizar nuevo vocabulario porque muchas nuevas palabras son sólo combinaciones, que bastante trabajo tenemos ya intentando memorizar los géneros de las palabras…
Una cosa que me parece súper curiosa de la repostería, es encontrar el nexo entre países. Creo que, a diferencia de la cocina salada, los dulces están bastante más limitados en cuanto a combinaciones y procesos de elaboración. El caso de los buñuelos me parece de los más especiales porque se hacen en casi todos los países de Europa, y siempre durante la cuaresma. Hay matices, como esta versión alemana con quark, pero en esencia vienen a ser iguales que los nuestros.

Estos buñuelos alemanes son típicos de cuaresma, sobre todo se comen en carnaval junto con los Krapfen, que son una especie de berlinas o donuts. Pero también se pueden encontrar en otras épocas del año. Yo los descubrí en una de las visitas al castillo de Neuschwanstein (el famoso castillo que se parece al de Disney). Hay que subir un camino a pie, con una inclinación que no es despreciable, hasta llegar al castillo. Y justo al final de la subida, suele haber un pequeño puesto de venta de estas bolas. Las fríen allí delante tuyo y te las comes calientes, que es como están más buenas. Pero esas no las venden rellenas!

Y no hará que os diga cómo se siente uno cuando al final de esa subida, se te inunda el olfato con el aroma de estas delicias friéndose en aceite. Ese olor… lo tengo grabado en la mente, y cuando hagáis la receta vuestra cocina va a oler igual y no lo olvidareis nunca! El dueño de esa paradita de venta de buñuelos es un verdadera genio en realidad, está colocado en una situación estratégica y solo él sabrá cuántos vende al día. Verdaderamente brillante! Yo ahora que ya sé cómo se hacen y lo fácil que es, igual me pongo con un tenderete a su lado y a ver quién vende más 🙂

Dulces sueños,

Buñuelos de quark rellenos (Quarkbällchen)
Ingredients
- 2 huevos
- 100 g de azúcar
- 1 sobre de azúcar vainillado
- 250 g de queso quark
- 200 g de harina
- 50 g de maicena
- 8 g de levadura química en polvo (tipo Royal)
- Aceite para freír
- Azúcar para rebozarlos
- RELLENO:
- 250 ml de leche
- 2 tiras de piel de limón
- 1 ramita de canela
- 2 yemas de huevo
- 60 g de azúcar
- 25 g de maicena
- 100 ml de nata líquida (muy fría)
Instructions
Bate los huevos con el azúcar durante unos 3 minutos, hasta que la mezcla se vuelva blanquecina. Incorpora el quark y mezcla hasta que se integra.
Agrega todos los ingredientes secos y mezcla justo hasta que no haya grumos, con cuidado de no amasar demasiado porque pueden quedar duros.
Calienta el aceite en una sartén de paredes altas. Necesitas como unos 3 dedos de altura de aceite, es bastante cantidad. El aceite no debe estar demasiado caliente. Si tienes un termómetro de cocina, la temperatura debe ser 160°C. Si no, puedes hacer una prueba sumergiendo la punta de una cuchara de madera y si salen burbujas, está listo.
Engrásate las manos en aceite para que no se te pegue la masa y haz bolas de unos 3 cm de diámetro. Fríe entre 4 a 6 bolas a la vez, para que tengan espacio en la sartén.
Fríe durante 4 minutos cada una de ellas, unos 2 minutos por cada lado. Verás que la mayoría de ellas se dan la vuelta solas, es muy gracioso.
Retira del aceite y escurre las bolas en un plato con papel de cocina. Deja enfriar completamente antes de rellenarlas.
Para preparar la crema del relleno, Pon a hervir la leche con la canela y la piel de limón. En un bol, mezcla las yemas con el azúcar y la maizena.
Cuando la leche esté hirviendo, retira del fuego y la cuelas. Vierte solo un poco de la leche en el bol de las yemas (si echas mucha se cocinaran) y mezcla con una varilla hasta que se incorpore.
Ves vertiendo poco a poco la leche y no dejes de remover. Vuelve a poner al fuego en un cazo esta mezcla y, sin parar de remover, calienta hasta que empiece a hervir. Retira del fuego y deja enfriar completamente con la superficie tapada con un film transparente para que no haga costra.
Cuando la crema esté fría, monta la nata e incorpora la crema pastelera batiendo las dos cremas juntas hasta que se combinen bien.
Rellena una manga pastelera con una boquilla puntiaguda. Rellena los buñuelos con la crema, pinchándolos con la manga y apretando para que salga solo un poco de crema.
Reboza los buñuelos ya rellenos en azúcar y a disfrutar!
Notes
Puedes obviar la opción de rellenarlos y estarán muy ricos igualmente. Los que te sobren los puedes congelar perfectamente y antes de consumir, dejarlos descongelar a temperatura ambiente.

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