Quién no conoce las galletas Linzer? Todo un clásico de Navidad que no falta en ninguna de las mesas alemanas. Si por algo son famosas es porque están deliciosas, son súper fáciles de hacer y además son una monada. Se puede jugar un montón con varias formas y hacer cosas bien bonitas. Así que os animo a hacerlas este año y a pasar una tarde diferente horneando estas preciosidades por ejemplo con los niños. Ya veréis como os va a encantar!
En cualquier recetario navideño que se precie tiene que haber galletas. Sobre todo en Alemania, creo que ya os conté una vez la clase de paraíso de las galletas de Navidad que es este país. Aquí a los surtidos de galletas de Navidad les llaman Plätzchen. Casi todo el mundo prepara galletas en casa por Navidad y hay como infinitas recetas diferentes, me encanta!!
Las Linzer son de las más tradicionales, unas de las que nunca faltan en un surtido de galletas de Navidad. Y la verdad es que yo, que soy una enamorada de las cosas sencillas y tradicionales, las encuentro adorables además de deliciosas. También son perfectas como detalle de Navidad para regalar a la familia por ejemplo.
Y ya veréis lo sencillas de hacer que son, tienen muy pocos ingredientes y es una masa que se hace en 5 minutos, de verdad. Arrancáis la cadena de producción una tarde y dejáis que los niños metan las manos hasta los codos para amasar, que con esta masa no hay ningún peligro de estropearla. Y en un par de horas tendréis hechas unas 200 galletas, lo que hacéis con ellas luego es cosa vuestra 🙂
Yo por mi parte, ya he hecho los deberes, he hecho todas las que tenía que hacer y ya las tengo bien guardaditas en contenedores herméticos y fuera del alcance de mi marido para llevarlas a Barcelona. Os prometo que sólo me he comido una por aquello de asegurarme de que han quedado bien, hehehe. Aguantan perfectamente varios días guardadas en Tupperwares, de hecho están más buenas cuando ha pasado una semanita o así porque cogen una textura un poco más blanda.
Y esta es la última receta que os publico desde Múnich, pasado mañana me vuelvo a casa por Navidad como el del turrón!! Qué ganas tengo de coger vacaciones por Dios!! Y que ganas también de volver a casa y pasar estos días con la familia. Pero no os preocupéis que no voy a desaparecer, todavía tengo un par de recetas navideñas para vosotros. Así que en los próximos días os publico alguna más pero ya desde un lugar más cálido y sin nieve 😉
Por cierto, última hora. Acaban de publicar hoy en el blog Resaka Literaria una entrevista sobre mí. Ayyy que ilusión me ha hecho!!! Os dejo en enlace aquí para quien le apetezca leer un poquito y saber un poquito más sobre la que está detrás del teclado 🙂
Entrevista a Raquel Ramos, quien está detrás del blog super dulce: “Cau de sucre”
Y os dejo también un enlace para que podáis comprar el extracto de almendra online, la verdad que no sé si se encuentra fácilmente en tiendas o no:
Dr. Oetker Extracto Natural De Almendras Marroquí (35ml) (Paquete de 2)
Galletas Linzer
Ingredients
- 125 g de mantequilla fría
- 225 g de harina
- 75 g de azúcar
- 1 pizca de sal
- 2 yemas de huevo
- 1 cucharadita de extracto de almendra
- Azúcar glas para espolvorear
- Mermelada de grosella roja o de cualquier otro fruto rojo
Instructions
Corta la mantequilla a daditos y viértela con el resto de los ingredientes en un bol. Anyade dos cucharadas de agua muy fría y amasa usando las manos hasta que obtengas una masa quebradiza y algo dura pero uniformemente húmeda.
Haz una bola con la masa y colócala entre dos papeles de horno. Estírala con el rodillo hasta una altura de unos 0,5 cm. Refrigera la lámina de masa durante al menos 30 minutos. De esta manera ya la tendrás estirada cuando la saques de la nevera y te será más sencillo.
Precalienta el horno a 170°C. Retira la lámina de masa de la nevera y usando un cortador de galleta de la forma que más te gusto ves formando galletas y colocándolas en una bandeja de horno cubierta con papel de hornear. Amasa ligeramente la masa sobrante, estira de nuevo y vuielve a repetir el proceso hasta que no te quede masa.
De las galletas que te salgan, solo a la mitad de ellas hazles alguna obertura con un cortado pequeño de la forma que quiera o simplemente redondas usando la boquilla de una manga pastelera por ejemplo. Por esa obertura es por donde se verá el relleno después.
Hornea durante unos 10-12 minutos. No esperes a que se doren o te quedarán muy duras, deben quedar blanquitas y cuando salen del horno aún están blandas. Se endurecen al enfriarse. Deja que se enfrían completamente sobre una rejilla.
En un cazo, calienta la mermelada que hayas elegido para el relleno hasta que se vuelva más líquida y así sea más fácil de untar. Deja que se temple un poco antes de usarla.
Espolvorea con azúcar glas las mitades de galleta que tienen la ventada abierta (la que harán de tapa). Para montar las galletas, unta con mermelada una base de galleta y tapa con una de las galletas con ventana, de manera que hagas un sandwich con ellas. Deja que se enfríen completamente antes de volver a manipular o antes de servir para que el relleno endurezca y no se desmonten.
Notes
Yo he usado mermelada de grosella roja porque tiene poca pulpa, de hecho aquí la venden en forma de gelatina y porque es bastante ácida por lo que le va muy bien en contraste con el dulce de la galleta. Podéis usar la mermelada que queráis pero asegurar de que esté pasada fina y no tenga trozos.
Dulces sueños,
‘Este artículo está incluido en el blog de Twinkl – 15 recetas Navideñas para hacer con los niños que es parte de su campaña navideña, Navidad Twinkl.’
2 Comments
Lidia
diciembre 20, 2017 at 12:58 amUna entrevista muy interesante Raquel y divertida. Por cierto me has dejado muerta con eso de que no te gusta el dulce!!! Como puede ser eso??
Las galletas son ideales, yo las tengo varios años en mi lista de pendientes a ver si me decido ya… Muchos besos
Raquel Ramos
diciembre 23, 2017 at 6:00 pmGracias Lidia!
Pues sí, me daba vergüenza incluso contestar esa pregunta porque es verdad que no me gusta mucho el dulce. Con lo que disfruto realmente es preparando recetas dulces pero cuando se trata de comer yo soy muy feliz con mi bocata de chorizo 🙂
Besos!